[vc_row][vc_column][vc_column_text css=».vc_custom_1540230433112{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 10px !important;padding-right: 10px !important;padding-bottom: 10px !important;padding-left: 10px !important;border-left-color: #497b0d !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #497b0d !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #497b0d !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #497b0d !important;border-bottom-style: solid !important;}»]Iniciarse a la escalada en Granada como experiencia turística… ¿Y por qué no? Ya sabes que esta ciudad tiene la Alhambra, un gran patrimonio, una destacada vida cultural, bares con tapas y marcha nocturna; los tópicos nos los conocemos, jeje. Pero está muy lejos de ser todo lo que puede ofrecerte.
Os he hablado en varias ocasiones de la inmensa variedad que el turismo de aire libre ofrece aquí, prácticamente al lado de la ciudad. ¿Por qué vas a esperar a viajar a Bali, Tailandia o Nepal para vivir una aventura? Puedes hacerlo en Granada, y son emociones que recordarás intensamente.
Si quieres viajar de forma diferente, tienes que abrirte a vivir experiencias diferentes. Y no pienses que esto es sólo para locos o gente acostumbrada, que es muy peligroso, que da mucho miedo… Pienso dedicarme a desmontarte todos los “peros” uno por uno.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]
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¿Quién puede hacer escalada?
Pues si te sirve de motivación, fíjate en mí. Tengo 46 años, soy fumador y aparte de ir al gym tres días en semana, no hago mucho más. Y me he subido una pared de 30 m. sin demasiados problemas, y cuatro vías más en la misma jornada.
No tienes que ser un gran deportista, simplemente estás viviendo una actividad diferente. Se trata de iniciarse a la escalada en Granada, no de subir al Everest, jeje. Estás ahí para disfrutar y aprender, nadie te va a juzgar ni a examinar. Es una experiencia más.
Puedes ir con amigos, en grupo familiar o sólo, no hay problema. Las empresas se encargarán de que todo vaya como la seda (ya os hablaré después de este punto), y como profesionales os animarán y aconsejarán en cada vía que escaléis. Ellos saben perfectamente, como descubrimos los que hemos hecho esta actividad, que todos somos capaces de hacer más de lo que creemos.
El miedo a las alturas y el vértigo por supuesto son dos enemigos importantes, quienes lo tengáis sabréis mejor que nadie hasta qué punto. Pero por ejemplo a mí me impone mucho la sensación de estar “colgado” (algo ya os conté en Parapente en Pokhara); y una de las chicas que iban en el grupo, precisamente sufría de miedo a la altura. Y sin embargo, ya os digo que quizás deberíais intentarlo, porque luego al escalar uno va tan concentrado en la pared y en dónde poner los pies, que realmente no eres tan consciente de la altura.[/vc_column_text][vc_single_image image=»3118″ img_size=»full» add_caption=»yes» alignment=»center» style=»vc_box_shadow_3d»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]
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¿Es una experiencia peligrosa?
A pesar de la apariencia, la escalada es uno de los deportes extremos con menos mortandad. Y siendo objetivos, estamos en una iniciación guiada por profesionales. Vamos, que se trata de un nivel básico y tutelado, no se hace nada que pueda ser peligroso para los que vamos a probar.
Y como es normal, lo primero que te enseñan es a colocarte el equipo adecuadamente, a hacer el nudo “ocho” de seguridad, a utilizar el grigri (un aparato que bloquea la cuerda en caso de caída o resbalo); también enseñan a asegurar, o sea, a estar con la otra persona que sube, y ser su “seguro” al otro lado de la cuerda.
Y ver que uno gestiona esa responsabilidad, que anima y da confianza desde abajo, también es muy gratificante.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_single_image image=»3120″ img_size=»large» add_caption=»yes» alignment=»center» style=»vc_box_shadow_3d»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
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¿Qué se siente?
De todos los deportes que he practicado, y de todas las actividades de aventura que he probado, la escalada es sin ninguna duda el más psicológico de todos.
No se trata tanto del cansancio físico, del dolor de pies que da el llevar los pies de gato (calzado especial de escalada), de la aspereza de la roca… Uno empieza a subir y entras en un estado de concentración enorme.
Miras abajo buscando un punto en el que poner el pie, y eso te ocupa los 5 sentidos; no ves la altura, no te fijas en nada más. Uno sube. Y ves que el pie resbala un poco, te sientes inseguro, no sabes dónde vas a dar el siguiente movimiento… Pero uno sube. Es como una orden mental, todo se concentra en ese pensamiento: sigue arriba, no pares.
Pides consejo a tu asegurador, escuchas las indicaciones y las expresiones de ánimo, pero es como cuando estás al teléfono y alguien te habla a la vez… Oyes sin oir, en ningún momento dejas de estar concentrado en eso.
Porque el que está ahí eres tú, el que tiene que dar el siguiente paso eres tu. Eres tú contra la pared, luchando por abrirte el camino. Sólo tu. Y aunque sabes que si te resbalas o te sueltas no va a ocurrir nada, que no vas a caer, precisamente ese instinto de no caer te hace centrarte en una cosa y nada más: subir y llegar hasta la “reunión”, el punto final de la vía.
Y después, tras bajar, ya estés asegurando a tu compañero o te hayas apartado un poco a descansar, te quedas mirando. Ves la lucha de los demás, lo fácil o difícil que les resulta; miras cómo ganan cada centímetro, aplaudes y te descubres diciendo “¡eso es!” al ver un buen movimiento.
Y cuando llegan arriba, te quedas sorprendido y orgulloso, y piensas “joder, ahí he estado yo…” Porque mientras lo estás haciendo no eres consciente. Pero cuando miras a los demás, impone ver los 30 m. con los que te has enfrentado. Orgullo de novato, quizás. Pero orgullo al fin y al cabo, de ver que has sido capaz de hacer algo que no esperabas.
Aunque sólo sea por probar, es totalmente recomendable.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_single_image image=»3121″ img_size=»large» add_caption=»yes» alignment=»center» style=»vc_box_shadow_3d»][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]
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Con quién iniciarse a la escalada en Granada.
Una simple búsqueda en Google hará que aparezcan decenas de resultados sobre empresas de turismo activo en Granada. Como siempre, comparar es importante y asegurarse de que ofrecen los permisos y titulaciones correspondientes.
Yo personalmente para iniciarme a la escalada en Granada, he escogido un curso de dos días con la misma empresa con quien hice El barranco de Lentegí: Mountain Spirit. Tienen página web pero como este no es un artículo patrocinado, os dejo enlace a su página de Facebook.
Son profesionales, son simpáticos y tienen un servicio al cliente excelente, muy pendientes de tus dudas y preguntas. Este curso de dos días tiene un precio de 55€, pero si os interesa una experiencia de un día, contactad con ellos y preguntad.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Y ya para acabar, no me queda más que animaros como siempre hago a que probéis cosas diferentes; a que salgáis de lo que sabéis, de lo rutinario. Porque no sólo vais a conocer la ciudad de una forma diferente, también vais a aprender facetas vuestras que no habíais explorado.
Y si queréis iros a la cama del hotel orgullosos de vosotros mismos y cansados, ya sabéis; toca iniciarse a la escalada en Granada jeje.
Un abrazo.[/vc_column_text][vc_single_image image=»3122″ img_size=»full» add_caption=»yes» alignment=»center» style=»vc_box_shadow_3d»][/vc_column][/vc_row]
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