Las procesiones de Granada que se celebran cada año por Semana Santa, son muy bellas. Más allá de la cuestión religiosa, que es particular de cada uno, como ceremonia y espectáculo, son algo que merece la pena.
El inicio de la primavera, el ambiente en las calles, las empinadas cuestas o la vista de los pasos con la Alhambra de fondo… Todo forma parte de una atmósfera especial, que junto a la gran calidad de las imágenes que se procesionan, hizo que se declarara la Semana Santa de Granada como Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Cómo ver las procesiones.
Esta es una cuestión muy personal. Hay quien se agobia y prefiere esperar en un mismo sitio a verlas pasar todas seguidas por la carrera oficial. Y hay a quien le gusta ir en su busca.
Yo personalmente, las esperas se me hacen muy cansinas; y ya que estamos en una ciudad estupenda para tapear, se pueden compaginar las dos cosas. Vas a ver una, te tomas tu café o tu caña, luego si apetece otra. Picoteas algo de cena, y si se quiere más pues se va a algún regreso.
Esto te permite andar por la ciudad, hablar con la gente con la que vas y ver procesiones tranquilamente. Sin tener que esperar horas apalancado.
Cómo comportarse al ver una procesión.
Personalmente yo no soy creyente. Pero entiendo que si voy a ver una manifestación religiosa, sea cristiana, budista, en un templo o en la calle, ante todo debo guardar respeto. Y esa es la clave. Nadie nos obliga a ir, si nos apetece verla lo mínimo es considerar que hay gente para lo que eso es serio y por eso lo hacen. Somos los espectadores, no los protagonistas.
Mucho más teniendo en cuenta la celebración cristiana: al fin y al cabo lo que narran las procesiones católicas, es el proceso de arresto, tortura, juicio y ejecución de un hombre. No es que sea una fiesta precisamente.
Por lo tanto, cosas típicas como escuchar conversaciones de lo bien que le ha quedado el tinte a tu cuñada, el resultado de la liga de la semana, el ligue que no te llama, etc, etc… cuando se acercan los pasos están fuera de lugar.
Cuando los pasos aparecen, se debe guardar silencio.
¿Se debe aplaudir cuando suben los pasos los costaleros?
Si la cofradía o hermandad es de silencio, jamás se debe aplaudir.
Saber cuáles son de silencio es fácil. Si el paso del Cristo no lleva banda de tambores y cornetas, es que es de silencio. Puede que lleve capilla musical (coro de voces o trío o cuarteto de viento), o un tambor destemplado; pero igualmente se considera de silencio.
En las demás, a gusto del consumidor, jeje.
Dónde ver las procesiones de Granada.
Esta ciudad tiene muchos enclaves únicos, y hay lugares por donde ver pasar una procesión es todo un espectáculo. Pero siendo sinceros, hay que conocerse bien la ciudad y estar dispuesto a esperar mucho tiempo para escoger los sitios más buscados.
En la lista de procesiones recomendadas que os doy luego, os diré los mejores puntos para esas hermandades y cofradías. Para las demás, puesto que venís de fuera y doy por sentado que no domináis la ciudad, os desaconsejo la carrera oficial.
Suele estar abarrotada, es difícil de pasar y la mayoría del sitio está copado por palcos y sillas de pago. Es mucho más bonito callejear, y especialmente hay dos momentos en los que es una apuesta segura ver las procesiones: las salidas y los encierres. Además es muy fácil que le canten alguna saeta o varias en alguno de los dos.
Las salidas:
Son más multitudinarias que los regresos. Es un momento de mucha fuerza, el arranque de la procesión en la calle. Las bandas y costaleros están al 100%, sin el natural cansancio que provoca horas de marcha y esfuerzo; y con toda la ilusión de salir, por lo que toda esa energía se transmite.
Para ver una salida, hay que estar al menos 20 o 30 minutos antes porque, especialmente en las procesiones más populares, puede ser complicado encontrar sitio. Además hay iglesias que se encuentran en calles muy estrechas, o en las que los costaleros tienen incluso que ponerse a gatas para poder sacar los pasos por la puerta. Si no tienes un buen sitio, te perderás todo ese esfuerzo que, la verdad, es sorprendente de ver.
También verás otros momentos curiosos, como el fajado de las cuadrillas aunque ahora son muchas las hermandades y cofradías que prohíben que se haga en público. Y el pasacalles de las bandas a ritmo de marcha, cuando van a colocarse en su lugar a esperar que abran las puertas del templo.
Los regresos y encierres:
Uno de los momentos claves para ver una procesión. Una vez cumplida la carrera oficial, las hermandades y cofradías pueden relajarse y recrearse por las calles de su barrio.
En estos regresos hay muchas procesiones en las que se forman “buyas”, grupos de fieles y curiosos que se colocan delante del paso y acompañan a las imágenes hasta su templo. Normalmente caminan de espaldas, mirando de frente a la imagen. Unos rezan, otros dicen piropos, otros charlan y otros guardan silencio. Pero para quien nunca lo ha vivido, es algo llamativo.
Otros puntos clave.
Para las procesiones albaicineras, las callejuelas del barrio, el Paseo de los Tristes, Carrera del Darro y Plaza Nueva. Seguramente los escenarios más espectaculares de la ciudad.
Para las “greñúas”, procesiones del Realejo: las calles del barrio y la Placeta de la Merced, al inicio de la Calle San Matías.
La Plaza de las Pasiegas: aunque la plaza de la catedral se copa en su mayoría con las gradas de pago, se puede intentar buscar hueco junto a la fachada o en el extremo opuesto. Es complicado, pero la entrada de los pasos en la enorme catedral es uno de los momentos álgidos de las procesiones de Granada.
El Puente Romano: las procesiones que vienen del otro lado del río, cruzan por el antiguo puente sobre el Genil. La vista de los pasos en el puente, con los jardines del Salón y la Antequeruela-Barranco del Abogado de fondo, es realmente preciosa.
Si quieres hacer fotos es mejor que te coloques en el puente nuevo, junto al antiguo.
¿Cuáles procesiones escoger? La selección de Granadino Errante.
Esta selección es totalmente personal, y la hago pensando en lo que a alguien que visita por primera vez las procesiones de Granada debería ver. Que nadie se ofenda por favor.
Obviamente están todas las más famosas fuera de Granada, a pesar de los peros que se le pueden poner a algunas y que os comentaré. Además he incluido aquellas que por su curiosidad, recorrido o tener titulares de relevancia histórica-artística, merecen la pena.
He dividido la selección por días, para que os sea más fácil elegir.
Domingo de Ramos
En este día desfilen grandes “misterios” (pasos de dimensiones mayores que representan escenas con varias imágenes) como La Borriquilla, La Cena y El “Despojao”, todas preciosas y dignas de ver. También realiza salida El Cautivo, de gran sencillez. Pero si hay que destacar una procesión este día, sin duda es:
Las Maravillas: sale de la Iglesia de San Pedro en la Carrera del Darro, junto al río. Su itinerario es precioso de ver desde los pequeños puentes del Darro o desde la misma Carrera. Sus titulares son dos magníficas tallas de la Escuela Granadina. El Cristo de la Sentencia, bellísima obra de José de Mora del S. XVIII; y la Virgen de las Maravillas, atribuida a Pedro de Mena del XVII.
2. Lunes Santo
Otro día con mucho que ver, con dos de los grandes señores de Granada en las calles.
El Huerto, muy popular en Granada como todas las hermandades del Realejo, sale de las Comendadoras de Santiago. Los Dolores por su parte, pasean a su única imagen en su llamativo palio salmón, que vuelve a hermosear por la Carrera del Darro desde San Pedro y San Pablo. A El Trabajo, aunque moderna, se le tiene un gran fervor en su Zaidín (un barrio de Granada alejado del centro histórico).
Pero los escogidos de este día son dos espectaculares tallas:
El Rescate: sobrecogedora y bellísima imagen del círculo de los Mora, del XVIII. Procesiona sólo en su paso, lo que realza aún más su fuerte presencia. Un ejemplo perfecto de cómo la escultura del Barroco, busca la devoción a través de la empatía y la compasión. Sale de la Parroquia de la Magdalena, en el centro de Granada.
San Agustín: una de las hermandades más valoradas de Granada, por la belleza y riqueza de su patrimonio, su seriedad y su buen hacer en las calles. Es de silencio y su salida congrega a muchísima gente. Por desgracia la calle de donde sale es comercial, y no acompaña el fondo de tiendas, luminosos, cafeterías y bares.
Pero rotundamente merece la pena. Lleva también un espectacular paso de palio, pero sin duda el protagonista es el Cristo de San Agustín, un crucificado italiano del XVI atribuido a Jacobo Florentino. Su visión sobrecoge, y el paso en el que desfila es otra auténtica maravilla. Destaca el famoso pelícano de plata, en el frontal.
Hace su salida desde el convento del Ángel Custodio, en la céntrica Calle San Antón.
3. Martes Santo.
Otro día grande para el Zaidín, con la popular La Lanzada. El Realejo contribuye con la procesión de La Cañilla, con dos magníficos titulares: Jesús de la Humildad del círculo de los Mora, del XVII. Y la Virgen de la Soledad de Manuel González (S. XIX). Desde Plaza Nueva sale una imagen muy popular, obra maestra de José Risueño de 1718: La Esperanza. Su presentación en el palio suele ser exquisita.
Pero de nuevo toca escoger, y me decanto por una hermandad que procesiona dos obras maestras de la Escuela Granadina.
El Vía Crucis: la modestia de la hermandad hace incluso más entrañable esta elección. Otros pueden tener pujanza y dinero, pero ellos tienen un recorrido precioso, una tradición de solera y dos auténticas joyas de la imaginería.
La Virgen de los Reyes, del S. XVIII; y uno de los “cristos” más expresivos y emotivos de Granada: Nuestro Padre Jesús de la Amargura, atribuido a José de Mora (S. XVII). Salen de la Iglesia de San Juan de los Reyes, en la calle del mismo nombre y paralela a la Carrera del Darro, en el Bajo Albaicín. Por su recorrido se colocan los tapices con las estaciones del Vía Crucis, que se reza a su paso.
4. Miércoles Santo.
Salen cuatro procesiones y se considera el primer “día grande” de la Semana Santa granadina, a pesar de que ya habéis visto que días grandes son todos.
Los Estudiantes salen de la Plaza de la Universidad, desde la Iglesia de San Justo y Pastor. Tienen una tradición muy entrañable y curiosa. Cuando sale el Cristo de la Meditación, una preciosa talla del S. XVII a la que los granadinos conocemos como “el sentaillo” (por su pequeño tamaño), todos los años una representación de la tuna viene a cantarle. Resulta chocante ver a unos hombres cantándole un bolero a una imagen de procesionar, pero es su Cristo de los Estudiantes…
De la Iglesia Imperial de San Matías, en la calle del mismo nombre, sale Paciencia y Penas. La salida es muy dificultosa por las escaleras de acceso al templo, y el Cristo es también bellísimo, de Pablo de Rojas (S. XVI).
Cerca de esta iglesia está el convento carmelita de donde sale La Merced. Contrastando con el cristo, netamente sevillano, la Virgen de la Merced ha recuperado su esencia de dolorosa granadina, vestida con seriedad y con guiños a las vestimentas clásicas de siglos anteriores.
El Rosario se considera un peso pesado de la Semana Santa de Granada, por su cortejo, su poderío y su discurrir por las calles. Su regreso y encierre es una de los más populares. A su Cristo, del S. XVIII y con pelo natural, se le conoce cariñosamente como “el chino” por sus ojos rasgados.
El plato fuerte del día sin duda es Los Gitanos, una de las procesiones más famosas de Granada. Su regreso hasta la Abadía del Sacromonte se prolonga toda la noche, y es desde luego un esfuerzo titánico de sus costaleros y costaleras. Las vistas desde el Sacromonte, las hogueras y los cantes y bailes que a veces se le hacen, es lo que ha hecho famosa esta procesión en España.
El magnífico Cristo del Consuelo es una réplica del original de Risueño del S. XVII. La singular dolorosa, una virgen guapetona con su característico mechón a un lado, es de los Hermanos González (S. XIX). El paso de palio es en color cobre, en recuerdo a tradicionales oficios gitanos de caldereros y lañadores.
4. Jueves Santo.
El día grande del Albaicín. De las 5 procesiones, 4 salen de este barrio y todas ellas dignas de ver.
Desde el Zaidín sale Los Escolapios, muy popular como todas las zaidineras.
Desde la Iglesia de San Cristóbal en lo alto del Albaicín, muy cerca del mirador del mismo nombre, sale La Estrella. Ubicada en un estrecho callejón y con una puerta pequeña que obliga a salir a gatas, es una de las salidas más trabajosas. Tanto esta cofradía como La Aurora, son dos procesiones muy populares y muy de barrio. Su vuelta por la empinadísima Cuesta de la Alhacaba es muy recomendable. Y la calidad de su banda de tambores y cornetas, es altísima.
La Aurora es quizás lo más parecido a la idea que alguien de fuera puede tener de una procesión andaluza. Su salida es una de las más coloridas y bonitas de todas las procesiones de Granada. Las maniobras que deben hacer los pasos para poder salir, mientras toca la banda y la gente abarrota el espacio y aplaude, es un espectáculo para no perderse. El Cristo del Perdón es una réplica del original del S. XVI de Diego de Siloé; y la cofradía tuvo el acierto de hacerle un paso “de carrete”, como corresponde a la tradición granadina, frente al estilo sevillano imperante.
Por su parte la Virgen de la Aurora Coronada, anónima del S. XVIII, es muy popular y muy querida; motivo por el que no paran de decirle “Aurora, ¡guapa!” en la salida, y de aplaudirle. Es muy emocionante cuando le tocan una de las marchas que le compusieron, “Palio blanco”, y sus mismos costaleros se la cantan.
La Concha sale del Monasterio de la Concepción en el Albaicín bajo, cerca del segundo puente de la Carrera del Darro. Su salida y regreso son más serios, en un enclave precioso.
Todo lo opuesto a La Aurora es la procesión del Silencio. Sólo por ver andar al impresionante Cristo (aunque es una réplica del original, obra maestra de José de Mora del XVII), merece la pena. Al paso del Cristo, se van apagando las luces de las calles.
Hace años era sobrecogedor ver en completa oscuridad y silencio esta procesión, con el sonido de las cadenas de penitentes y el tambor ronco. Desde la llegada de los smartphones esta visión no es posible, porque la gente no para de echar fotos con flash. Cosas de la tecnología, jeje.
5. Viernes Santo.
Si os gustan las tradiciones, no debéis perderos el Rezo al Cristo de los Favores.
Se realiza cada Viernes Santo en el Campo del Príncipe, en el Realejo. Allí hay un cristo de piedra conocido como “de los Favores”, al que desde hace siglos los creyentes acuden a pedir cosas, llevarle flores y encenderle velas. Todavía hoy en día es fácil ver alguna vela encendida a sus pies, o un ramo de flores en el suelo.
En este día, la imagen de la Virgen de la Soledad del Realejo, sale de la cercana Iglesia de Santo Domingo y es llevada junto al cristo. Allí se realiza una oración que culmina en el más absoluto silencio a las 3 de la tarde. La hora en que la tradición dice que murió Jesús.
Otra tradición es la de visitar “los monumentos” en las iglesias, que abren en la mañana de Viernes Santo. Es una oportunidad excelente para poder visitar templos de conventos y monasterios que habitualmente están cerrados al público.
En cuanto a las procesiones, salen 5 a la calle. Los Ferroviarios sacan uno de los pasos de palio más bonitos de Granada, con una magnífica dolorosa del XVIII.
Los Escolapios salen desde San José de Calasanz, al otro lado del Puente Romano. A su virgen se le dice “la Reina de Roma”, pues salió en procesión por Roma hasta el Vaticano, donde causó sensación.
Los Favores sale desde San Cecilio en el Realejo, un poco más arriba del Campo del Príncipe. Sus dos pasos son espectaculares, destacando el crucificado del S. XVI, atribuido a Pablo de Rojas.
El Santo Entierro procesiona con 2 joyas: el féretro del cristo yacente, obra del S. XVII declarada BIC; realizada en caoba, carey, bronce y plata. Y la Virgen de la Soledad( en realidad es de los Dolores), está considerada una obra maestra de la imaginería barroca española. Talla de José de Mora del XVII.
Mi elección personal de las procesiones de Granada del Viernes Santo, es la Soledad de San Jerónimo. La Chía.
La Chía recibe su nombre de las figuras que abren el cortejo, portando chirimías. Estas figuras están documentadas que asistían a las ejecuciones de los condenados a muerte, y dos de los trajes son originales antiguos.
Esta cofradía es la más antigua de las que se han conservado de la Semana Santa granadina, fundada en 1561. De su antigüedad hacen gala las chías, las personas vestidas como personajes bíblicos y soldados romanos, elementos propios de la teatralidad barroca.
Aparte de esto, procesiona además con dos maravillas de imágenes. El Cristo yacente, del S. XVI-XVIII, y la solemne Soledad de San Jerónimo, bellísima y seria. Obra de Pedro de Mena del XVII, vestida con una magnífica saya y manto bordados en oro en el XIX.
6. Sábado Santo.
Este día lo tenemos fácil porque sólo sale, incomprensiblemente, una procesión. Pero muy bella, La Alhambra.
Sale de Santa María de la Alhambra, arriba junto al Palacio de Carlos V. Es muy complicado verla salir porque el monumento restringe el acceso; pero a partir de la Puerta de la Justicia es acceso libre, y merece la pena.
El paso está inspirado en las decoraciones nazaríes, y el espectacular grupo escultórico es de Torcuato Ruiz del Peral, del XVIII.
7. Domingo de Resurrección.
Dos cofradías procesionan imágenes de resucitados, cerrando la semana de desfiles religiosos.
También salen por la mañana Los Facundillos, una procesión infantil en la que niños portan la imagen de un niño Jesús del S. XVIII; obra también de Ruiz del Peral. Ya sin vestidos de penitencia, ni toda la parafernalia teatral que caracteriza la Semana Santa.
Bueno y ya está bien, ¿no? Jeje. Han sido más de 3.000 palabras para intentar contaros algo que sólo podéis saber si os animáis a venir en directo. Las procesiones de Granada no os defraudarán.
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