[vc_row][vc_column][vc_single_image image=»2910″ img_size=»full» add_caption=»yes» alignment=»center»][vc_separator color=»green»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El barranquismo es un deporte de aventura con muchos puntos a favor. Pero uno de los principales es sin duda, que te permite acceder a vistas y recodos de los ríos, que no pueden verse de otra manera.
Ya sabéis lo que me gusta mirar a detalles que suelen pasar desapercibidos. Y esta vez llamó mi atención una oquedad en el cauce del río.
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Una gruta del Lentegí.
Esta pequeña gruta está en el cauce del Lentegí, cerca de la costa de Granada. Os hablé de él en el Barranco de Lentegí, y me dió curiosidad al ver la cantidad de musgo que había en una oquedad de la pared.
Al acercarme, vi que en el fondo el agua se filtraba en pequeños chorros por entre la roca. Y que la oscuridad y la humedad habían creado un paisaje propio de musgos, líquenes y rocas; negros, violáceos, verdes, azules… Parece mentira que unas plantas puedan tener tantas tonalidades diferentes.
Quizás no es la imagen más espectacular para promocionar el barranquismo, pero es una visión diferente de cosas que también podréis disfrutar en su práctica. No todo es adrenalina, también hay momentos de parón y relax, donde poder contemplar la naturaleza que nos rodea.
Y sorprenderse con los rincones secretos que nos ofrece la práctica del barranquismo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
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