Los trucos y timos en Nepal, como los de cualquier otro destino, pueden arruinarte el viaje. Si no se controla la desconfianza que crean estas malas experiencias, aparece una de las sensaciones más incómodas que se puede tener al viajar: ser una billetera con piernas.
Obviamente esto ocurre sobre todo en países pobres o con una economía débil. La frustración y el hartazgo son sentimientos normales que se tienen cuando ves que te han timado, o lo van a intentar. O cuando te piden precios exagerados por algo que sabes que ni siquiera un turista paga tan caro, taxis que intentan colarte dinero de más, cargos en hoteles…
La mayoría de nepalíes no son así, ni todo el que se acerque a ti va a buscar sacarte algo. Pero es una realidad con la que vais a tener que lidiar tarde o temprano si visitáis Nepal, y que debéis dejar en el cajón de “cosas de las que luego me reiré cuando las cuente”, para que no os amargue.
Antes de entrar a contaros algunos de los timos en Nepal que me encontré, hay unos puntos que quiero dejaros claros. Por una parte avisaros como siempre que incluyo algunos enlaces de afiliado (sitios que recomiendo por experiencia propia, sin coste adicional para vosotros pero con una pequeña comisión para mí).
Y por otro aclarar que aunque no son agradables los timos en Nepal (ni en ningún lado claro), tampoco es bueno ir con la prepotencia de “primer mundo”. “Como siempre me cobran de más…”, “como este es un país pobre, cualquier dinero que les dé es bueno…” Esta tampoco es la actitud.
Más cornadas da el hambre.
Esta es la frase que dijo el torero “El Cordobés” a un periodista, cuando le preguntó si no tenía miedo a ser corneado por un toro. Nepal es un país pobre, el más pobre de Asia. La necesidad trae muchas cosas, y la gente se busca la vida como puede. Y eso incluye los timos…
Y gracias que es así, hay otros países donde te pueden matar sólo por robarte el móvil. Nepal sin embargo es bastante seguro y no es nada violento en este sentido. Pero la pobreza es algo que nunca debéis olvidar en este tipo de destinos. ¿Recordáis las clases de literatura, “El Buscón”, “El Lazarillo de Tormes”? Pues de eso se trata. Buscavidas, pícaros, gente que huye de la necesidad. Timar no es decente ni lo justifico, pero... “más cornadas da el hambre”.
Regatear en Nepal.
Pobre no significa gratis, ni que tengas que regatearlo todo hasta el ridículo. Claro que nunca vas a pagar lo mismo que un nepalí, es normal. Aunque vayas de mochilero, estás haciendo un viaje que la mayoría de nepalíes no podrían pagarse ni ahorrando durante toda su vida. Está bien regatear, pero no quieras ser el listo al que nadie engaña.
Quizás hayáis oído la anécdota de una mujer americana y su hijo, que fueron perseguidos por una nepalí por regatearle el precio del te…
En el vídeo podéis ver la persecución y quiero que os fijéis en los caminos. ¿Por qué? La reacción de la nepalí es desmesurada desde luego, no es que la apruebe. Pero ¿de verdad creéis que con esos caminos, las provisiones que venda la mujer llegan en reparto diario? ¿Cuántos kilómetros andando tendrá que hacer para ir a comprar lo que ofrece, a 5.000 metros de altitud? Esta turista tuvo la poca vergüenza de regatear 1´5€ por un té, simplemente por estar en un país barato… Sin comentarios.
Los vendedores de mandalas.
Este realmente no es un timo; pero si no os apetece comprar un mandala artesanal, que no son baratos, os sugiero que no aceptéis visitar ninguna escuela de arte. Os lo ofrecerán sobre todo en el casco histórico de Katmandú, y es probable que no os lo digan directamente.
En mi caso yo iba visitando esa parte de la ciudad (de la que os hablo en Katmandú: la calle como espectáculo) y un muchacho se acercó a hablarme. Fue muy amable y se ofreció a guiarme a cambio de que comprara algo de comida. Me pareció razonable así que durante una hora me estuvo enseñando la ciudad vieja, explicándome cosas y contándome qué significaban los elementos de los templos hinduistas.
Entre la charla me contó que él no era de Katmandú, que vivía en una escuela de arte budista donde aprendía a hacer mandalas. Yo fui reacio todo el tiempo a visitar su escuela, pero tras una hora como había sido realmente educado y encantador, accedí. Y ahí empezó el error.
Aquello se convirtió en una encerrona donde su “maestro” intentó por todos los medios habidos y por haber de hacerme comprar un mandala. Con desesperante insistencia y dando por sentado que yo tenía dinero, realmente me llegó a hacer sentir incómodo y ansioso.
Llegó un momento en que zanjé la cuestión, les dije lo agobiado que estaba, me di la vuelta y me fui dejando al maestro aún detrás de mí insistiendo en venderme, y tocándome el hombro todo el rato. Y yo intentando encontrar la salida entre el laberinto de puertas y escaleras, maldiciendo la hora que había entrado allí. Cuando salí a la calle tenía tal estrés que estuve a punto de volverme al homestay.
El muchacho me alcanzó poco después y, como al fin y al cabo había estado una hora conmigo explicándome cosas, le di dinero y seguí mi camino. Una forma muy eficaz de quitaros de en medio a los que os ofrezcan directamente visitar una escuela, es decir “ya he comprado uno, gracias”. A mí me funcionó después de la novatada, jeje.
Vendedores de karma.
La mañana siguiente en Katmandú, salí a comprar una SIM local para tener internet en el móvil. Me alejé un poco de la zona turística para evitar los precios altos; me puse en un mostrador para preguntar por una y me pareció cara. Seguí buscando otra tienda.
Y ahí apareció el “vendedor de karma”, un hombre que había presenciado el regateo que había tenido con el vendedor. Se puso a hablar conmigo mientras caminaba, y me dijo que al ser extranjero me iban a engañar en todos lados. “Déjame hablar a mí y yo la compro como si fuera para mí”.
Fuimos al siguiente negocio que encontramos y efectivamente, me costó 200 rupias cuando el anterior me había pedido 2.000. Yo le di las gracias y él me dijo: “los hinduistas hacemos esto por el karma, si yo te hago bien, el bien vendrá a mí”.
Yo asentía e intentaba ser correcto pero distante; no me fiaba ni un pelo después de lo de la escuela de arte. Me preguntó a donde iba y por decir algo, le dije que a Dream´s Garden… y ¡oh casualidad! A él le pillaba de camino.
Durante una media hora me estuvo contando historias de su vida y preguntándome por la mía. En Nepal extrañaba mucho que alguien con mi edad viajara sólo; yo me inventé una historia dramática sobre un matrimonio fallido. El hombre pareció sentirse muy afligido por mí.
Me dijo que debíamos hacer una ofrenda, y que rezaría por mí.Así que se paró en el primer templo callejero que pilló; rezó, nos pusieron el tilak (punto rojo) y por supuesto, la propina a la sacerdotisa me tocó darla a mí. Ahí ya le dije al hombre que deseaba seguir sólo.
Y entonces el buen karma se transformó en una serie de súplicas, lamentos y peticiones para que le comprara comida. Ni los noes, ni el seguir caminando intentando ignorarlo sirvieron de mucho. Tan pesado fue que por no oírlo más, acabé yendo a la tienda de comida que él me llevó; mira tú por dónde, no servía cualquiera.
Empezó a pedir algunas cosas básicas y yo haciendo cuentas mentalmente de lo que podía costar; hasta que el tendero me escribe en la calculadora ¡35.000 rupias nepalíes! ¡Eso era casi 5 días en mi homestay! Me negué en redondo a pagar tanto; comenzamos a discutir, el tendero a protestar y a discutirle a su vez al hombre en nepalí. Y yo que no sabía si ponerme a gritar o salir corriendo.
Cogí finalmente del bolsillo del suelto unas 5.000nrp que llevaba (unos 5€) y sin mirar, las solté al aire tirándolas, mientras salía de allí sin pensármelo dos veces.Con mi cabreo, mi punto rojo en la frente y mi sensación de ser imbécil perdido, me fui para el Monkey Temple Homestay maldiciendo entre dientes, jajaja. Entre el estudiante de arte, el vendedor de karma y la bendición VIP del templo, me soplaron con trucos y timos en Nepal unos 20€.
Timos en el transporte.
Al desplazarse es uno de las momentos más usuales donde puedes sufrir timos en Nepal, cobrándote en exceso o queriendo llevarte a donde tú no quieres. Ya sea en rickshaw, taxi o autobús, intentad comparar e informaros de los precios en diferentes sitios. A mí por ejemplo quisieron cobrarme 25.000 nrp por el trayecto en bus a Pokhara, cuando vale 6.000.
Pero cuando tuve otra experiencia agobiante fue al volver de un día de rafting (experiencia que recomiendo al 200%). Lo había contratado a través del Andes Hotel de Katmandú, donde me estaba alojando, con todos los gastos incluidos (puedes leer el post de alojarse en Nepal). La ida fue en autobús sin problema. En el lodge del río nos ofrecieron un buen almuerzo y la experiencia del rafting fue completamente una pasada.
Pero a la hora de volver, nadie sabía muy bien qué hacer conmigo. El grupo de turistas chinos se fue en bus hacia Pokhara; un padre y su hija estadounidense se volvían a Katmandú en coche-taxi, y yo preguntaba que si debía coger el bus de nuevo o cómo volvía. Pero nadie sabía decirme nada.Finalmente me dijeron que me fuera con el taxi y los estadounidenses, pero eso era un transporte contratado por ellos. Yo había pagado pero un servicio de taxi privado…
Al llegar a Katmandú dejó a los estadounidenses en su hotel y me insinuó que tenía que pagarle. Yo le dije que había pagado en el hotel, que me acompañara para aclararlo todo. Y el hombre me dijo “ven conmigo” y comenzó a andar en dirección contraria. Yo le dije todo el tiempo que por ahí no era, que sabía dónde estaba; que diéramos media vuelta y me detuve. Entonces el taxista dijo finalmente “ok, go” y yo me di la media vuelta y me fui al Andes Hotel que estaba apenas a 4 minutos andando.
Una vez en recepción conté lo ocurrido y me dijeron “hiciste bien, estaba todo pagado. Han intentado engañarte”. Pero claro, todo eso medio chapurreado entre señas e inglés de los montes. Y un trayecto de dos horas inquieto por no saber si tenía que pagarle al taxista o no.
Todo este post no tiene más intención que preveniros sobre ciertas prácticas. Pero de ninguna manera quiero que os haga pensar que no debéis visitar Nepal, o cualquier otro país pobre. La experiencia es maravillosa y esto no son más que gajes del oficio, no tienen mayor importancia. Podéis echarle un vistazo a mis posts sobre Nepal y veréis que realmente me encantó el país y lo que viví allí. No os dejéis impresionar por los trucos y timos en Nepal. ¿Os ha pasado algo parecido a vosotros?
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