Estos senderos de Galera, un pueblo lleno de encanto en el norte de la Provincia de Granada, son un reflejo de la villa: pequeños pero sorprendentes. No son largos senderos ni presentan dificultades especiales (a excepción de Las Quebrás como ya os explicaré), pero las sorpresas y la sensación de paz están garantizadas.
Este municipio englobado en el Geoparque de Granada parece compartir esa sensación tan especial que se vive en el altiplano granadino, de que el tiempo fluye por sus cárcavas y valles y parece detenerse todo; como si se hubiera fosilizado también, la tranquilidad y serenidad que transmite esta tierra es asombrosa, y muy de agradecer.
En estos 4 caminos vamos a encontrar floraciones espectaculares, miradores que abarcan cientos de kilómetros a la redonda, yacimientos, minas, rarezas geológicas… Maravillas que bien merecen la pena por sí solas para pasar un fin de semana y más explorando los alrededores de Galera, alojándose en una casa cueva o cualquier otro establecimiento de turismo rural.
Las sismitas de Galera, un hito del Geoparque de Granada.
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Si tenías dudas sobre eso de que los perfumes se guardan en frascos pequeños, te aseguro que en este pueblo es verdad. Vamos a verlo.
¿Os imagináis un terremoto tan intenso que la tierra se vuelva como arenas movedizas? Eso ocurrió en el cuaternario en esta zona, a medio camino entre los términos de Galera y la vecina Castilléjar.
Maravilla 1: las paleosismitas cuaternarias.
Lo de la foto son sismitas y tienen esa forma porque el suelo sufrió un proceso que se llama licuefacción. Pero, ¿cómo ocurre?
1- El suelo tiene que tener una serie de características, no se da en todas partes.
2- La intensidad del terremoto hace que rocas se hundan y afloren las aguas subterráneas
3-Agua y tierra crean una especie de arenas movedizas, que se moldean con las ondas del terremoto.
Y más de un millón de años después, ahí siguen. ¿No es alucinante? Las sismitas de Galera son por esto mismo LIG, lugar de interés geográfico del Geoparque de Granada. Hay toda una cota de nivel repleta de estas formaciones y resulta fácil imaginarse la transformación del paisaje creada por un terremoto; barros y fangos reflejando las ondas del seísmo en kilómetros a la redonda, sin plantas, en un terreno convertido en un lodazal hasta su secado.
Información práctica.
- Cómo llegar: siguiendo el camino al Yacimiento de Castellón Alto, pasado el mismo arranca a mano izquierda una pista forestal practicable en coche. LLeva al Barranco del Agua, pero debemos seguirla hasta lo más alto. Una vez allí es visible la línea de cota de las sismitas, como una mancha oscura que recorre el contorno de los montes. Las mejores se encuentran a mano derecha del camino, adentrándose en el pinar y buscando las bocas de los barrancos.
- Dificultad: básica.
- Distancia: unos 12 km. aprox.
- Tiempo: 3h. i/v si se hace andando completa.
- Cuándo ir: primavera y otoño. Si en invierno ha nevado, la vista es maravillosamente diferente.
- Hora: amanecer o atardecer.
La ruta de las Quebrás.
Otro de los senderos de Galera que es más un paseo que una ruta, pero que tiene dos buenas sorpresas en su camino que justifican de sobra el hacerlo. Si os gusta el esfuerzo y la exploración, hay además la posibilidad de hacerla circular, volviendo por la pista forestal que lleva a las sismitas.
El nombre de Las Quebrás imagino que le viene por los cortados del río que pueden verse haciendo la ruta del paraje de la Hedionda, del que os hablo más adelante. Pero lo cierto es que también debe llamarse así porque literalmente, hay un monte quebrado que se derrumbó sobre el camino cortándolo. Pero vamos a no adelantar maravillas del camino…
Volvemos a buscar la ribera izquierda del río Galera haciendo el mismo camino que lleva al Yacimiento de Castellón Alto, disfrutando de los terrenos de huerta y vistas del camino a Castilléjar que discurre paralelo, al otro lado del río.
Pasando la entrada al yacimiento seguimos el camino principal sin desviarnos y justo debajo del monte, hay un pequeño desvío que nos lleva a la primera maravilla del camino.
Maravilla 2: las minas argáricas de yeso.
Haciendo la curva del desvío, comenzaremos a ver unas enormes bocas horadadas en el terreno, a las que se puede ascender haciendo un poco el cabra. Asomarse a estas bocas y mirar es como entrar en una película, a mí me vino a la mente Moria en el Señor de los Anillos.
El sitio es sobrecogedor y tiene un aire de santuario que realmente no tuvo, pues el uso de este espacio no fue otro que el de minas de yeso. Pertenecieron a la cultura argárica, la misma que la del yacimiento que se encuentra justo encima, y por lo tanto tienen una antigüedad aproximada de 3.000 años.
Las vetas de oscuros cristales de yeso pueden verse en los sitios más altos e inaccesibles, y resulta increíble que con herramientas tan básicas, esta antigua cultura autóctona del sureste peninsular, consiguiera excavar un espacio tan asombroso.
¡Importante!
La composición del monte es muy inestable y son frecuentes los desprendimientos, como puede verse por la gran cantidad de cascotes en el suelo. No es aconsejable andar por el interior, siempre hay riesgo.
Después de que estas minas ancianas nos descoloquen, seguimos el camino sin desviarnos del sentido principal. Ahora ya estamos en plena huerta de Galera, sin construcciones que estorben el especial paisaje de esta zona; también empezaremos a ver los pinares de replantación en las laderas derechas, que contrastan con las severas esparteras de los montes de enfrente.
Poco a poco iremos adivinando unos picos de apariencia rocosa y puntiaguda que bajan hasta el camino cortándolo.
Maravilla 3: la montaña quebrada.
No parece que el desprendimiento sea antiguo, teniendo en cuenta que está cerrando el camino y la forma puntiaguda de unas tierras que se erosionan con facilidad. La cuestión es que por algún motivo y en algún momento que no he podido averiguar, la montaña se quebró creando un lugar lleno de misterio.
Para alguien curioso como el que escribe esto, meterse entre los bloques es como un parque de atracciones, irresistible. Pero tiene su peligro:
¡Importante!
Explorar esta montaña quebrada tiene su riesgo, porque el material es muy blando y se deshace con facilidad. Los grandes trozos crean oquedades y cuevecillas por todas partes, algunas disimuladas por la vegetación. Así que hay que andar con mucho cuidado, tanteando con los pies antes de dar un paso por si acaso. También lo escarpado de la orografía hace que muchas veces tengamos que escalar (sin cuerda), ayudándonos de pies y manos para subir.
No es aconsejable subirse a los picachos formados, podrían desmoronarse y hacernos caer. Y por todo esto, no es posible el explorarla con niños sin correr riesgos, ni para personas con agilidad reducida.
Siendo prudente el bichear por los huecos, picos y espacios creados por el derrumbe, es una auténtica gozada. A la derecha del camino hay una rampa que baja hasta el río, y justo en su arranque podemos ver también huecos y cárcavas en miniatura formadas por la erosión de la lluvia.
Haciendo la ruta circular.
Junto al corte del camino a mano izquierda, hay una torrentera por donde resulta más fácil trepar hasta la cima del monte quebrado. Todas las precauciones dichas anteriormente hay que aplicarlas en la ascensión de este monte, donde hay que servirse de pies y manos para coronarlo y la pendiente es considerable.
No hay camino ni sendero, no queda otra que ir buscando con la mirada el mejor sitio para subir y ayudarse de pies y manos. No podemos fiarnos del terreno para agarrarnos cuando sea necesario escalar, así que hay que buscar las matas de esparto para colocar pies y agarrarse de ellas con las manos.
Al llegar a la cumbre la vista es preciosa, con el valle del río abajo a nuestra derecha y a mano izquierda, la vista de los pinares y la línea de cota de las sismitas. Estamos ahora en pleno pinar, y no queda otra que dirigirse en la dirección a Galera andando entre los árboles y matorrales, hasta que divisemos el camino de tierra que sube desde el Barranco del Agua, y que empalma con el camino de vuelta ya cerca del yacimiento.
Si no se tiene buen sentido de la orientación, mejor no intentar este camino pues no hay sendero ni señalizaciones: esto es campo a través puro y duro.
Información práctica.
- Cómo llegar: siguiendo el camino al Yacimiento de Castellón Alto.
- Dificultad: básica, excepto si se explora la montaña quebrada y se sube a la cima.
- Distancia: entre 8 y 11 km. aprox. dependiendo que la hagamos circular o no.
- Tiempo: 2-3h. i/v
- Cuándo ir: primavera y otoño. Si en invierno ha nevado, la vista es maravillosamente diferente.
- Hora: amanecer o atardecer.
Los almendros de Riego Nuevo.
Riego Nuevo es un pago del municipio, situado al noreste de Galera. En los años 60 y 70 tenía escuela propia, pero hoy apenas es un caserío de los muchos que existen en la comarca, casi deshabitados.
En estas tierras del altiplano el almendro ha sido un cultivo tradicional desde siempre, lo que hace que existan ejemplares muy maduros que a finales del invierno dan un espectáculo maravilloso. Y este es precisamente el valor de este paseo:
Maravilla 4: la floración de los almendros.
Estas tierras regadas con acequias árabes y romanas permiten que en las paratas se cultiven forrajes verdes como alfalfa, o cereales que con el agua multiplican su peso y densidad. Al no usarse herbicidas, las flores tapizan los ribazos que sujetan las tierras, y los almendros crecen frondosos.
El contraste entre las tierras blanquecinas y limosas de aspecto árido con el verde de los bancales, hacen de fondo a los maravillosos almendros en flor, tan cuajados que parecen una obra de jardinería. Mejor que os lo explique es que veáis éste vídeo que resume bien la belleza del lugar.
Dificultad: básica.
Distancia: 7 km i/v. Paseo de 2-3 horas.
Cuándo ir: finales de Febrero o Marzo, dependiendo de la climatología del año.
Hora aconsejada: el atardecer y ver el ocaso allí. La cañada está orientada a Poniente, así que el espectáculo está garantizado.
Cómo llegar: hay que coger el camino que lleva a la Necrópolis de Tútugi, cruzando el puente sobre la carretera a Huéscar y La Puebla. Es una pista de tierra a partir del Centro de Interpretación y hay que seguirlo todo derecho en la dirección principal. No tiene pérdida.
El paraje de La Hedionda.
El segundo de los senderos de Galera discurre por la antigua carretera a Castilléjar, por el margen derecho del Río Galera. Andar por asfalto no es el sueño de un senderista precisamente, pero merece la pena hacer este camino que, además para los que nos gusta pisar tierra, aguarda una sorpresa final.
Pero antes de nada, seguro que os ha llamado la atención el nombre… La Hedionda es un nacimiento de aguas sulfurosas y ya podéis imaginaros el porqué: el mal olor del azufre se anticipa desde decenas de metros antes de llegar. El agua no es termal ni de gran caudal, pero su paraje es fresco y agradable y además, contiene propiedades mineromedicinales, especialmente indicadas para las afecciones de la piel.
El camino es muy tranquilo y fácil entre bancales de huerta, casas de campo y pocos coches que molesten. Los carrizales y sus plumeros nos recuerdan que andamos por tierras de ribera, y también en este paseo encontraremos almendros en flor a finales de invierno. En otoño sin embargo, los álamos serán los protagonistas de los colores.
Maravilla 5: los cortaos del río Galera.
Aunque situados en la ribera contraria, desde este camino se tiene mejor vista de ellos. Se trata de unas paredes acantiladas formadas por el desplome del terreno, erosionado por la corriente de agua. Aunque no tengan una gran altura, el corte es perfectamente vertical y destaca con su color blanquecino frente al verdor de las tierras del río.
Resulta muy curioso ir viendo las curvas y el plano aterrazado que forma, con cuatro niveles de altura: el cauce, los cortados y su terraza, una tercera cota hasta la base del valle fluvial y, por último, los montes redondeados de los baldíos, los famosos badlands del Altiplano.
Maravilla 6: el mirador del tajo de La Hedionda.
La golosina para los senderistas y los que quieran sudar un poco la ruta. Justo sobre la fuente de agua se alza un imponente tajo blanquecino, con las típicas formas que recuerdan al Desierto de Los Coloraos, pero sin el tono rojizo. Aquí la tierra es siempre blanca.
Lo mejor para subir el tajo es retroceder hasta que encontramos un barranco que desemboca en el camino. A partir de ahí no hay otra que ascender continuamente, a veces ayudándose también de las manos, e ir cortando monte a través buscando con la mirada la cima.
El esfuerzo merece la pena porque lo que encontramos al llegar, es una planicie que marca la cota del Altiplano. En un entorno de 380 grados, podemos ver no sólo buena parte de la Provincia de Granada hasta Sierra Nevada, sino montañas de las provincias de Almería y Jaén, con un diámetro de unos 100 km.
Cómo llegar: siguiendo la carretera antigua a Castilléjar. El punto de partida puede ser el Hotel Galera, no hay más que seguir adelante el asfalto en dirección al río.
Dificultad: básica, excepto la subida al tajo (ver la advertencia más adelante).
Tiempo: 2h. i/v
Cuándo ir: primavera y otoño. Si en invierno ha nevado, la vista es maravillosamente diferente.
Hora: amanecer o atardecer.
¡Importante!
llevar un calzado que agarre bien si se va a subir el tajo, el terreno se deshace con facilidad y resulta fácil resbalar. No es una subida aconsejable para hacer con menores de 10 años si no están acostumbrados a moverse por el monte, ni para personas con poca agilidad. No acercarse al borde del tajo en la cumbre, el terreno puede deshacerse y precipitarnos al vacío.
Y por ahora aquí nos quedamos, pero no es el final. Quiero ir ampliando este artículo sobre senderos de Galera, porque hay más maravillas por descubrir en este pueblo de Granada.
Sebastan Pinteño Domingo
Todos los lugares son interesantes, el que mas me interesa es el numero tres el del cerro quebrado. Su destrucción no es natural la mano del hombre antiguo intervino.
Granadino Errante
Muchas gracias por tu comentario Sebastián. Pues si conoces el porqué fue quebrado ese monte por la mano del hombre me encantaría conocer la historia.
Un saludo.